Adiós, 2014. Bienvenido, 2015.

Pues sí, amigas y amigos, se nos va un año que ha venido cargadito de tantas noticias, buenas y malas, que relatarlas ahora no serviría más que para repetir lo que los medios de comunicación escritos y visuales no nos han parado de recordar los últimos días.
Sin embargo, entramos con esperanza en el nuevo año, en el 2015, deseando con ilusión que la gran mayoría de nuestros sueños, peticiones o deseos, se cumplan. Este año que acaba, 2014, se han cumplido alguno de los míos, y os deseo que, repletos de salud, os ocurra lo mismo vosotros. Que vuestros deseos y sueños se hagan realidad o, como mínimo, que se acerquen un poquito más, para lograr así poder alcanzarlos finalmente.

¡Feliz 2015! ¡Ah, y que la Fuerza os acompañe!






Z Nation, la serie

No soy fiel seguidor de "The walking dead", lo reconozco. No obstante, he visto algunos episodios esporádicos y la tercera temporada prácticamente entera. Es una buena serie, muy buena serie, pero no es una serie de zombis, sino una serie a cerca de la supervivencia, tal y como dijo César Mallorquí en su propio blog. Los zombis son una parte del decorado, un elemento violento y terrorífico que se encuentra pululando por el contexto vital de los personajes aunque, como bien dijo Thomas Hobbes en su obra Leviatán, tomando prestada una frase de Plauto: El hombre es un lobo para el hombre. Y nunca se pudo aplicar mejor la frase a esta serie, donde mucho más peligrosos son los humanos que no los zombis, los cuales, como mínimo, ya sabes de antemano cómo van a actuar.

Z Nation no es Walking Dead, eso por supuesto. Z Nation es una serie de serie B (casi Z, a veces). Y es que no nos engañemos, su productora, Asylum, es la que ha perpetrado películas como Sharknado, su secuela, Mega Piranha, Titanic II (sic) o Mega Shark vs Crocosaurus, entre otras lindeces (algunas de las cuales, por cierto, tienen una gran legión de seguidores y... sí, reconozco que alguna que otra he visto, aunque sea a trozos). Pues bien, la productora ha realizado la serie para el canal SyFy, y empezó a emitirse el 12 de septiembre de 2014.

¿Podríamos esperar una gran serie? No. ¿Es una gran serie? No. Sin embargo, tampoco es una mala serie. Ofrece, simplemente, lo que uno espera de una serie B. Y es que las comparaciones son odiosas. No es Walking Dead, cierto, pero tampoco (creo) lo pretende. Es una serie de zombis, en la que lo importante, en esta ocasión, sí son los zombis.




La historia es simple y llana. Un grupo de individuos deben transportar desde Nueva York a California a un personaje al que se le ha inyectado una vacuna que puede salvar la Humanidad, asolada por un Apocalipsis zombie tres años atrás, ayudado por Ciudadano Z, un solitario joven que se encuentra en una base perdida de la NSA. Y ya está. No hay más. El resto son las aventuras y desventuras de los personajes a lo largo de los diferentes estados de Estados Unidos, procurando que Murphy, el personaje infectado, cuyos anticuerpos pueden ser la única cura a la enfermedad, no sucumba ante los ataques de zombis y locos sueltos por aquellas tierras (que los hay, y muchos).
Y, sinceramente, si Walking Dead me ha parecido siempre lenta, pesarosa, demasiado seria, y a la que le falta acción, Z Nation es un divertimento sin pretensiones, con grandes dosis de sangre, gore, y unos efectos especiales malísimos, pero que de tan malos te hacen gracia (como pueden ser los de Sharknado). Tenemos bebés-zombies, caníbales, tsunamis zombis, incluso twister-zombis, zombis radioactivos... Vaya, que en cada uno de los 13 capítulos de su primera temporada no falta de nada para pasar 44 minutos de entretenimiento rancio, casposo y cutre, a toda velocidad (aunque también es cierto que algún episodio es un poco justito). 

Ah, y además está prevista la segunda temporada para 2015.

A mí, me ha gustado. 

Puntuación: 8

Sinterklaas, el Papá Noel holandés

El 5 de diciembre, por la noche, los holandeses celebran la llegada de San Nicolás, Sinterklaas, como le llaman ellos.

Se trata de una de sus fiestas más importantes, y la llegada de San Nicolás en un barco de vapor al puerto de Amsterdam, es retransmitida por las cadenas de televisión como uno de los grandes acontecimientos del año.

Es lógico, pues ese obispo de mitra roja y barbas blancas, que cabalga sobre los tejados holandeses a lomos de su blanco caballo llamado Amerigo, colma de regalos y golosinas a los niños la noche del 5 al 6 de diciembre de cada año.

¿Y por qué he pensado hablar de este personaje legendario? 

Pues muy sencillo. El domingo por la tarde, aletargados por el aburrimiento y el mal tiempo, decidimos ver Saint, una película gamberra dirigida por el director holandés Dick Maas que se presentó en el Festival de Sitges del año 2011. 


No es una buena película, pero tampoco es mala, es simplemente, extraña, rara... holandesa. Difícil de catalogar, cuando ellos mismos presentan a un malvado San Nicolás, el obispo de Myra, transformado por el humor negro de los guionistas en una especie de líder zombi armado con un afilado cayado quien, acompañado de sus Pedritos negros -marineros carbonizados-, secuestran a los niños cada 32 años, cuando hay luna llena, llevándoselos en un barco a... España.

Porque eso fue lo que más gracia me hizo: los padres holandeses en la película amenazan con que si los niños no se portan bien, Sinterklaas, Santa Claus, se los llevará a España.

No hace falta investigar mucho para saber de dónde procede esa tradición. Los holandeses, históricamente, no olvidan que los Países Bajos estuvieron bajo el control de los Austrias Españoles durante casi dos siglos, y lo que éstos hicieron en sus tierras no debió ser baladí. De ahí, que también se rumorea que, los padres holandeses solían decir a sus hijos para que se fueran antes a la cama que sino lo hacían vendría el Duque de Alba (sí, sí, de la familia Alba de la recién desaparecida Duquesa), como si fuera la reencarnación del mismísimo Hombre del Saco.

En realidad, el mito de Sinterklaas se basa en la figura de San Nicolás de Bari (obispo de Myra, en la actual Turquía, durante el siglo IV), aunque contiene también elementos paganos. Su fiesta se celebra desde el siglo XIII, y aunque los predicadores calvinistas intentaron eliminarla, la tradición era tan grande, incluso entre los protestantes, que no lo lograron.


En cuanto a su fiel sirviente (lo mismo que ocurre con Robin y Batman) se encuentra Zwarte Piet, en español Pedro el negro, o Pedrito, cuya figura siempre ha sido bastante controvertida, sobretodo por una cuestión de raza. Aunque, en realidad, no se sabe si originalmente se trataba de un demonio al que San Nicolás habría obligado a realizar actos nobles, o bien, un niño etíope al cuál el obispo había liberado en el mercado de esclavos de Myra. Incluso hay una teoría que dice que Pedrito podría ser un deshollinador italiano (de ahí sus ropas y su cara manchada de negro), debido a que los restos del Santo fueron trasladados a Bari, en el antiguo reino de las Dos Sicilias, donde el emperador Carlos V sería más tarde rey. Sea como fuere, su sirviente le ayudaba a dejar los regalos en los zapatos de los niños, tras entrar por las chimeneas de las casas. A partir de la Segunda Guerra Mundial, los canadienses que ayudaron a liberar los Países Bajos, también ayudaron a organizar la primera fiesta de San Nicolás en la posguerra, y consideraron que si un Pedrito el negro era amable y simpático, muchos de ellos serían aún mejor, convirtiéndolo en un grupo, cada uno con sus funciones: guía, cocinero...

El Santa Claus, que nosotros habitualmente conocemos, fue una derivación del importado por los colonos holandeses que se asentaron al otro lado del océano, en tierras americanas, sustituyendo el barco de vapor por trineo con renos, etc. etc. Por no hablar del toque final dado por la empresa de cola más conocida en todos los rincones del mundo.

Y, por último, decir que lo más curioso es que Sinterklaas llega a Holanda en barco desde España, de hecho desde Madrid (sic), donde tenía su base (olvidémonos de la cabaña Finlandesa con sus duendecillos del orondo Papá Noel que conocemos). Esto es debido a que, cuando Felipe II, heredó los Países Bajos, España y Dos Sicilias, de su padre Carlos V, este enclave era territorio español, con lo que de ahí la confusión y simplificación de que San Nicolás llega de España y, en especial, de Madrid... en barco.

Nada más. Os dejo una pequeña cancioncilla que cantan los niños holandeses para que nuestro Papá Noel, la noche del 24, os traiga los regalos que habéis esperado ansiosos durante todo el año.

¡Felices fiestas!

NeerlandésTraducción al castellano
Sinterklaas kapoentje
gooi wat in mijn schoentje
gooi wat in mijn laarsje
Dank je Sinterklaasje
San Nicolás kapoentje (*)
deja algo en mi zapato
deja algo en mi bota
Gracias, San Nicolás
(*) El origen de esta palabra en la copla está relacionado con otro personaje ficticio de la historia de los Países Bajos, Klaas Kapoen, y con el hecho de que rima fácilmente con schoentje (zapatito) (Wikipedia)



Oopart, o el misterio de lo inexplicable

Hace poco, camino del trabajo, en el programa matinal de Javier Cárdenas de Europa FM, comenzaron a hablar de los Ooparts, y de las convenciones, reuniones y conferencias que se realizan al respecto, a las que suelen acudir muchos expertos de todo tipo (principalmente aficionados al misterio y a lo oculto).

En mi vida había oído hablar yo de esos mencionados Oopart, así que investigué un poco, al resultar verdaderamente interesante y misterioso su significado, y sus connotaciones. Y esto fue lo que encontré:

Oopart es el acrónimo de out of place artifact ("artefacto fuera de lugar"), y es un término que acuñó el naturalista y criptozoólogo estadounidense Ivan T. Sanderson (1911-1973) para definir a un objeto de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra en un contexto inusual o imposible, desafiando la cronología histórica convencional. Al menos, esto es lo que dice la Wikipedia.
Es decir, son artefactos u objetos, que no deberían estar allí donde se han encontrado, porque razonablemente no pueden estarlo, desafiando su presencia a la ciencia y a la historia.

En la mayoría de los casos, se trata de burdas patrañas o bien malinterpretaciones de ciertos detalles, muchas veces consecuencia de la inercia de creencias ancestrales no demostradas científicamente. 
Sin embargo, no hace falta poner más que la dichosa palabrita en Google para ver que existen multitud de páginas al respecto, algunas de las cuales hasta... son serias.

Aquí os dejo algunos de los que más me han llamado la atención:

  1. El mecanismo de Anticitera
          Actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Se trata de un extraño y complejo mecanismo que fue descubierto en el fondo del mar en el año 1900 por un pescador de esponjas. Formaba parte de un pecio, un barco hundido donde se descubrieron joyas, cristal y muchas piezas de arte.
     Un conjunto de investigadores multidisciplinares constituyeron el "Proyecto de Investigación del Mecanismo de Anticitera" y, utilizando las más sofisticadas tecnologías, han descubierto que el sistema permitía reproducir el movimiento de la luna en el cielo y sus fases durante un mes entero, predice los eclipses, cuenta el tiempo y es un calendario infinito. Incluso podía calcular las fechas de los juegos olímpicos de la época (Olimpia, Corinto, Delfos, Nemea, Dodoni). Es considerado el antepasado del astrolabio, del planetario y del ordenador, y estaba fabricado en bronce con más de 30 engranajes.
        Lo curioso es que este aparato está datado... en el año 150 antes de Cristo!!!
        No se ha encontrado aparato similar, no evolucionó y no hubo artefactos parecidos hasta muchos siglos después.



     2.  El Mapa de Piri Reis

         Piri Reis fue un viejo almirante y cartógrafo otomano, que nació en Gallipoli en 1465, y que, tras diversas aventuras marineras con su tío, el célebre corsario Kemal Re'is, publicó el Libro de las Materias Marinas en 1521, aunque realizó una versión ampliada, dedicada al sultán Suleiman, en 1526. En él se refería a un mapa que había dibujado años antes siguiendo las fuentes cartográficas de Cristobal Colón y cuatro mapas más portugueses. En ese mapa, localizado en 1929, que se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul (aunque no suele estar expuesto) se habían representado gráficamente territorios que, según la cronología aceptada, aún no habían sido descubiertos. Además, presentaba la Antártida, pero... ¡sin hielo!, algo que no se ha podido corroborar  hasta bien entrado el siglo XX. Y si la última glaciación se dio hace 11.000 años, ¡cómo era posible representar la Antártida sin hielo! Además, también puede observarse el desierto del Sáhara atravesado por caudalosos ríos. Todo un misterio sin resolver.



      3.  Penique de Maine

          La aparición de un penique normal, de los que usaban los vikingos, en las excavaciones de Guy Mellgren en 1957, realizadas en la costa central de Maine, implican un contacto precolombino de los noruegos con los americanos de la época. Esta moneda fue identificada y confirmada en 1979 por Kolbjorn Skaare, una autoridad en historia medieval nórdica, como un penique del rey noruego del siglo XI, Olaf Kyrre. Esta moneda se expone en el museo Maine State Museum en Augusta, aunque realmente su verdadera historia se desconoce. Lo que parece que está claro, es que Cristobal Colón no fue el primer occidental en llega al nuevo mundo.



Bueno, existen otros muchos objetos, realmente misteriosos e interesantes, como las esferas de Costa Rica, las líneas de Nazca o la tumba de Pakal... Así que, posiblemente, si esta entrada os gusta, indagaré un poquito más sobre el tema y pronto tendremos nuevos misterios por resolver.